domingo, 19 de octubre de 2008

Estigarribia en la Historia del Paraguay (Primera parte)

Hurgando en la Biblioteca familiar, encontré un pequeño folletito, editado por la Academia Paraguaya de la Historia en el año 1989, como separata de historia paraguaya, titulado "Estigarribia en la Historia del Paraguay", escrito por el Abogado y Doctor en Historia Rafael Eladio Velazquez.

Este material contiene la disertación pronunciada por el autor, el 7 de setiembre de 1988, en Homenaje al Centenario del nacimiento del Mariscal. El evento contó con los auspicios de la "Comisión de Homenaje a José Félix Estigarribia".

Trascribo el material por partes, con la observación de que ésta primera parte, da una breve introducción y luego detalla algunos interesantes datos biograficos del héroe. Enjoy.



1. UNA JUSTICIERA EVOCACIÓN.

El 21 de febrero último, se ha cumplido un siglo del nacimiento de José Féliz Estigarribia, y hoy, 7 de setiembre de 1988, estamos reunidos aquí, con admiración y afecto, para honrar la ilustre memoria en el cuadragésimo octavo aniversario de su inesperado fallecimiento. Fué este hecho doblemente luctuoso, tanto por la desaparicion de un insigne ciudadano, héroe de la guerra victoriosa, como por lo que despues ha sobrevenido a la nacion.

En solos cincuenta y dos años de paso por la vida terrena, este claro varón se incorporó a la historia del paraguay en sitial prominente, es mas: con sus trascendentes actos HIZO HISTORIA; y la hizo con letras mayúsculas.

2. EL MARCO HISTÓRICO.

La acción y la presonalidad de este hombre, que en su momento jugó un rol estelar en la vida paraguaya y cuyo recuerdo perdura y nos emociona a casi medio siglo de distancia, debe ser ubicada en su marco histórico.

Eso nos oblida a retroceder en el tiempo, con la mira de señalar algunas características de esa nuestra historia, a la que Estigarribia se halla indisolublemente integrado. Nuestra incursión será brevisima y al solo efecto de esclarecer la circunstancia.

Una aproximación a la Historia del paraguay nos muestra como un largo y sostenido proceso signado por la voluntad de subsistir, de salir adelante, de superar escollos y presiones, y es el pueblo paraguayo, colectivamente, en comunion de aspiraciones y sacrificio su gran protagonista.

Pasados los tiempos de esa Asunción "Madre de ciudades", al decir del poeta, y el siglo XVII paraguayo, de aislamiento y afirmación, de monoproducción yerbatera, de encomienda y mestizaje, de esa gran crisis territorial y demográfica en la que el área poblada por criollos y mestizos - vale decir, por los paraguayos - se reduce casi solo a Asunción y su comarca, de población urbana y conourbana, el XVIII marca un gran cambio.

Es ésta la última época de poblamiento, de preocupación del territorio y de crecimiento demográfico. El referido poblamiento es fundacional o formal, en el caso de las villas y poblaciones, y espontáneo, netamente rural, merced a la mayor seguridad determinada por la extinción del peligro bandeirante y por la progresiva amenaza payaguá y mbayá, así como el crecimiento vegetativo del número de habitantes.

Es el poblamiento espontáneo el que nos interesa: esa gente animosa, que con sus familias se instala en pleno campo, a desarrollar la incipiente ganadería, o desbroza el monte con "rozados" para asentar sus capueras.

En los censos de Féliz de Azara y de Juan Francisco Aguirre, de fines del siglo XVIII, la mayor parte de la población con "status" de española (criollos y mestizos asimilados) es rural, netamente rural. El mismo Azara ha de anotar por entonces que los paraguayos viven "como sembrados por los campos", y en otro de sus libros, que tienen sus casas "desparramdas" figuras, ambas, muy expresivsa para señalar ese carácter predominante rural de la población.

Así se pueblan los valles y cañadas de la comarca de Asunción, delimitados por el Salado y la Frontera y por los pueblos de indios de Altos, Atyrá, Tobatí, Yaguarón, Itá, Guarambaré, e Ypané: así también los campos del sur de Caañabé, las ricas praderas del entonces llamado partido Tebicuary, y la zona boscosa de la Cordillera, en la que en la segunda mitad del XVIII prospera la agricultura, una agricultura de "rozado", de vecinos dispersos en torno de las Capillas y Tenientazgos que se van erigiendo.

3. LA CORDILLERA

En tiempos de Azara y Aguirre, en las vísperas mismas de la independencia, la cordillera alberga al 10 % de la población criolla y mestiza, jurídica y socialmente considerada española, sin contar a los guaraníes cristianos de los pueblos de indios de Altos, Atyrá y Tobatí, ni a los pardos libres de Emboscada, comunidades estas, por entonces ya muy afectadas por la instrusión de los "foráneos" campesinos paraguayos que se asientan en sus tierras. De esta región provienen, entre otros, Manuel Anastasio Cabañas, el vencedor de Tacuarí, y Pedro Juan Caballero, el héroe de 14 de mayo.

Las condiciones referidas no varían a lo largo del siglo XIX: núcleos urbanos muy pequeños, población rural relativamente numerosa y dispersa, economía de base agrícola.

4. UN CORDILLERANO DE ANCESTRO PARAGUAYO.

Allí en el extremo Norte de la Cordillera, en el partido de Caraguatay, quizás el mas acentuadamente rural de toda la zona y poblado de agricultores paraguayos desde mas de un siglo antes, el 21 de febrero de 1888, hace 100 años y unos meses, nace, José Félix, hijo de Mateo Estigarribia y Casilda Insaurralde.

Tanto por la vía paterna, como materna, sus apellidos son vascos, pero de remotisima presencia en Paraguay.

Ya un Estigarribia había venido con el Veedor Alonso Cabrera, el que trajo la real provisión del 12 de setiembre de 1537, de tanta trascendencia en nuestro acaecer comunero, e Insaurraldes los hubo desde tiempos del adelantado Ortíz de Zárate y los hallamos en memorables jornadas del cabildo comunero de Asunción y de la independencia.

La infancia de este paraguayo por los cuatro costados trascurre en lo que por entonces se conoce como "la campaña".

Como tanta otra gente joven de todos los tiempos, José Félix Estigarribia viene a Asunción a ampliar horizonetes: ingresa a la Escuela Nacional de Agricultura, en Santísima Trinidad, y luego de aprobados los correspondientes estudios, recibe el título de Agrónomo.


5. SU CARRERA MILITAR

Lo referido constituye sólo un hito en su marcha hacia el futuro. El destino de Estigarribia ha de ser muy otro.

En 1910 se incorpora al ejército: Es subteniente de Infantería.

Se están viviendo en el Paraguay los años del predominio en materia militar de Albino Jara, de breve y sangrienta trayectoria.

Estalla la revolución de Adolfo Riquelme. El teniente Estigarribia, de las fuerzas de gobierno, es herido en la acción de Bonete, y no participa de su cruento epílogo.

Becado a Chile, para una estada militar, se incorpora al regimiento "Buin", en el que afirma su formación.

A su regreso, recibe diversos destinos castrenses, en los que acredita su capacidad profesional y un alto sentido de la responsabilidad. Se gana, merecidamente, la consideración y el respeto de superiores y camaradas.

Sirve en la guarnición de Concepción. Allí se produce un grave hecho de sangre: un joven oficial, presa de ofuscación, da muerte al comandante de la Zona, a dos oficiales y a un cabo de guardia. Según una referencia verbal no confirmada, habria sido el Tte. Estigarribia quien -sin amenazas, ni violencia - logró desarmar al mencionado oficial y poner así fin a la trágica sucesión de acontecimientos. No puedo dar fe de su veracidad, pero refiero la anécdota porque resulta verosímil, muy propia del temple de Estigarribia.

También en Concepción, constituye él su familia: contrae matrimonio con Julia Miranda Cueto, su compañera en la bonanza y en el infortunio, en la vida y en la muerte.

CONTINUARÁ...

miércoles, 15 de octubre de 2008

Billete de 50 gs.con imagen de Estigarribia















50 Guaranies L.1952 (1963)

(Front: General Mariscal José Félix Estigarribia;

Back: Ruta Trans-Chaco road;

Printer: Thomas De La Rue & Company, Limited)

UNC Original Size: 157 x 67 mm

Catalogue Number: P-197b

Grade/condition: Uncirculated (UNC) (Fuente)



TRADUCCION:


50 Guaranies L.1952 (1963)

(En el frente: General Mariscal José Félix Estigarribia;

Por detras: Ruta Trans-Chaco;

Impreso por: Thomas De La Rue & Company, Limited

UNC Tamaño Original: 157 x 67 mm

Número de Catálogo: P-197b

Grado/Condición: Fuera de Circulación.

martes, 14 de octubre de 2008

Estigarribia y Ayala en Boquerón



El entonces general José Félix Estigarribia, con el Presidente de la Victoria, Eusebio Ayala, en Boquerón. (Fuente)

Firma del tratado de paz


















Firma del tratado de paz del Chaco, miembros de la delegación paraguaya enviados para convenir el tratado. De izquierda a derecha, Luis Alberto Riart, quien encabezó inicialmente el equipo negociador de su país; el general y futuro presidente José Félix Estigarribia, principal representante paraguayo en el tramo final de las discusiones; y el ministro de Asuntos Exteriores Cecilio Báez. (Fuente)

La guerra

La Guerra del CHACO. (Fuente)

El 12 de junio de 1935 se puso fin a una de las historias más tristes que vivió Paraguay: la Guerra del Chaco.
La disputa sobre límites entre Paraguay y Bolivia ya se arrastraba desde hacía mucho tiempo. Este no era un pro­blema nuevo. Después de la Guerra contra la Triple Alianza se establecieron límites en forma internacional; pero, a pesar de ello, Bolivia no dejó de pretender el Chaco paraguayo. El resto de los gobiernos vecinos se mantuvieron al margen de las fronteras y ya se tenía firma­do con Bolivia tres tratados de límites, sin embargo, se cometió un error: Paraguay no ratificó ninguno de ellos por el Congreso. Es más, ni siquiera se tenía poblado el lugar, lo que hacía más fácil de invadirlo.
Las razones de la Guerra.

Se habló de muchas razones supuestas de la guerra. Una versión afirma que empresas petroleras tenían interés en que Paraguay perdiera el Chaco, para poder explotarlo. Otra, asegura algo más lógico y creíble: Bolivia, en su búsqueda desesperada de un río que lo sacara al mar debía pasar por el territorio paraguayo. Luego de haber perdido la guerra contra Chile, que lo privó de una salida al mar, dieron curso a la infeliz idea de buscarla por medio del río Paraguay.
Entraron por el nordeste, enarbolaron una bandera boliviana y a Bahía Negra lo llamaron "Puerto Pacheco". La reacción paraguaya no se hizo esperar y se volvió a retomar Bahía Negra; los bolivianos retrocedieron.
La diplomacia empezó a agotar sus últimas cartas de juego y en 1907, los representantes de ambos países firmaron el Protocolo Soler-Pinilla.
El arbitraje de esta cuestión fue de Ar­gentina. Paraguay y Bolivia se comprometieron a no avanzar en las posiciones. No pasó mucho tiempo y Bolivia rompió su palabra: lentamente, entre el claroscuro de la noche y los dentados arbustos, fue adentrándose nuevamente al Chaco paraguayo.

La invasión.

Poco a poco, los bolivianos fueron invadiendo las tierras del Norte, poco a poco avanzaron. El objetivo era incluso la cos­ta de Asunción.


Transcurrió esto en el gobierno del general Escobar, reinaba en todo el Paraguay una preocupación angustiante.


Los bolivianos no perdieron tiempo; en este ínterin, compraron armamentos, reclutaron soldados, trajeron instructores alemanes y se armaron de valor. Paraguay no se quedó de brazos cruzados. Con la fuerte sospecha de que, efectivamente, ellos se estaban preparando para atacarnos, el gobierno de Eligio Ayala organizó la defensa. Fundó varios fortines para contener el avance, construyó dos cañoneros y compró armamento nuevo de Europa. La suerte estaba echada. Un mal día de febrero, del año 1927, las fuerzas bolivianas atacaron el fortín paraguayo Sorpresa y asesinaron al teniente Rojas Silva. Ya no había diplomacia que diera marcha atrás a esto: las negociaciones en Buenos Aires fracasaron.
Esta fue la llama que encendió la mecha paraguaya. Paraguay no fue el país agresor, aunque algunos acusen al coronel Rafael Franco de haber iniciado las hostilidades. Bolivia ya había ingresado y ganado ampliamente el territorio chaqueño. El Paraguay, entonces, reaccionó.
Fieramente, desalojaron a los bolivianos del fortín Vanguardia en Bahía Negra; en represalia, Bolivia tomó Boquerón. Avanzaron.
En setiembre de 1931, fundaron un fortín frente a Nanawa, que se llamó Masamaklay.
Desde allí y desde La Paz , lanzaron al mundo el rumor de que atacarían al Paraguay con un terrible ejército de 30 mil hombres con todas las potencias. Los observadores diplomáticos presagiaron una masacre. Se le aconsejó a Paraguay rendirse, renunciar a sus territorios. La guerra sería el fin del Paraguay.
Era el año 1932, se libró una de las más san grientas batallas de toda la guerra, pero Paraguay recuperó Boquerón. Fue importante esta victoria, pues sirvió para levantar la moral del ejército paraguayo que apenas comenzaba este largo camino de polvo y pólvora.
Recuperar el Chaco

Por este motivo, el presidente José P. Guggiari ordenó el retiro de la Conferencia de Washington. Ya no había nada más que hablar y ni un minuto más que perder: había que recuperar el Chaco paraguayo. Explotó la guerra.
Las fuerzas paraguayas se organizaron bajo el mando del coronel José Félix Estigarribia.
Lo primero: rescatar Boquerón. El 3 de setiembre de 1932 se dio la orden de avanzar hacia el fortín, y fue entonces, cuando las tropas paraguayas desprovistas asaltaron las trincheras bolivianas con la ciega convicción de recuperar lo quitado. La lucha se llenó de fusiles, gritos, polvareda y sangre. El jefe del ejército paraguayo era temido y respetado por su gran inteligencia.
Con la mente templada, Estigarribia trazó tácticas que le sirvieron para no perder miles de vidas en ataques sin ventaja. Boquerón era un sitio que debía ser recuperado sí o sí. Quien lo tome, podía ganar la guerra. Luego de superar las primeras batallas que los hicieron retroceder hasta su propio fortín, el ma­riscal rodeó el peñón y no intentó ingresar.
Los morteros tronaban y caían certeros sobre sus líneas. Los bolivianos estaban acorralados, desesperados y rendidos.
El 29 de setiembre de 1932, el coronel Manuel Marzana al mando del ejército boliviano cruzó el fortín con la frente en alto y la rendición en las manos. Él también como todo patriota había cumplido con su deber. La dicha brotó en las trincheras paraguayas.

Se libró una de las más san grientas batallas de toda la guerra, pero Paraguay recuperó Boquerón. Fue importante esta victoria, pues sirvió para levan­tar la moral del ejército paraguayo que apenas comenzaba este largo camino de polvo y pólvora.
Las Batallas
Las batallas se sucedieron. Toledo, Corrales, Arce, Alihuatá, Platanillos, Saavedra, Nanawa, Gondra, Herrera, Pampa Grande y Pozo Favorito. Cada una dejaba un tendal de paraguayos y bolivianos en los campos llenos de humo, sangre y dolor.

Hasta entonces, las tropas paraguayas se concentraron en recuperar los fortines tomados por los bolivianos en Alihuatá y Campo Vía. Capturaron más de 10 mil soldados y numerosos armamentos.
En 1933 se inició la gran ofensiva paraguaya y para setiembre de 1934, todo el ejército boliviano estaba compuesto por 50 mil hombres bien armados y Paraguay, por 25 mil hombres.
A pesar de la inferioridad contundente paraguaya, la ofensiva también fue rotunda.
Los héroes del Chaco impresionaron al mundo con las victorias en Cañada del Carmen, Ballivián, Yrendagüé y Picuiba.
Todos entendieron entonces la frase que afirma que un soldado paraguayo jamás rinde.

Fin de la Guerra

Era la última etapa de la guerra, ambos países se encontraban muy desgastados. Fue al fin cuando pensaron en la paz. La mesa negociadora se armó dispuesta a encontrar una salida inmediata al conflicto. Era hora de terminar con la tragedia, se alcanzó un acuerdo. Llegó el 12 de junio de 1935, y trajo consigo la añorada paz. El doctor Luis A. Riart por Paraguay y Tomás Elio por Bolivia, firmaron el Protocolo de Paz y cese de fuego. En 1938, el tratado de límites definió de forma absoluta el territorio. Hay quienes aseguran que "Paraguay ganó la guerra pero perdió territorio". Esta idea en verdad puede ser desechada, recordando que cada frontera fue trazada, aproximadamente, en las últimas líneas donde llegaron las tropas hasta la fecha del cese de fuego. Si bien es cierto que incluso Paraguay llegó a alcanzar el río Parapití, por falta de municiones y abastecimientos para el ejército, tuvo que retroceder. Hasta donde estaban las líneas el 14 de junio, allí quedaros.
Aproximadamente 31.000 compatriotas cayeron en el frente, y muchos quedaron allí. Ya no había estos o aquellos, paraguayos o bolivianos, eran todos iguales: eran los muertos. El Pueblo paraguayo merecía la victoria, y la tuvo con la agridulce sensación de saber que nadie gana en una guerra. Todos pierden.

José Félix Estigarribia y Justo P. Prieto




José Félix Estigarribia y el intelectual docente y periodista Justo P. Prieto (Fuente)

lunes, 13 de octubre de 2008

Datos Biograficos




















Fotografia Fuente: Historia del Paraguay: Baruja, Paiva, Pinto Sch.)

MARISCAL JOSÉ FÉLIX ESTIGARRIBIA (Fuente: www.generalyegros.com)

Nació el 21 de Febrero de 1888 en el pueblo de Caraguatay.

Sus padres fueron don Mateo Estigarribia y doña Casilda Insaurralde.

En 1910 ingresó al Ejército Nacional con el grado de Tte. 1º de Infantería, pues su verdadera vocación era la carrera de las armas. El 17 de Agosto de 1911 es enviado a Chile en misión de estudios.

Revistó en el Regimiento BUIN de Infantería en Santiago - Chile. Regresó al Paraguay y fue designado a prestar servicios en la I Zona Militar de Concepción.

Estigarribia, Oficial DEM en Francia el 13 de Noviembre de 1922 fue ascendido al grado de Mayor de Infantería.

El 3 de Noviembre de 1925 ingresó como alumno al curso de la Escuela Superior de Guerra de Francia. Dos años después ostentó el brevet de Oficial Diplomado de Estado Mayor.

Estigarribia regresa al Paraguay y es nombrado Subjefe del Estado Mayor del Ejército el 26 de Setiembre de 1927 y el 1 de Marzo de 1928 como Jefe del Estado Mayor General.

El 9 de Agosto de 1928 fue promovido al grado de TCnel. de Infantería.

Fue nombrado como segundo Comandante de la Fuerza del Ejército y Armada nacionales el 17 de Diciembre del mismo año y como Inspector General del Ejército el 29 de Diciembre de 1931, puesto que le permitió verificar el estado de indefensión del país.

Estigarribia en la Guerra del Chaco, el 17 de Junio de1932, sin perjuicio de sus funciones fue nombrado Comandante interino de la I D. 1 con asiento en Puerto Casado. A partir de ese momento comprendió Estigarribia que por fin llegaba la hora de cumplir su histórica misión, la reconquista del Chaco.

El 2 de Agosto de 1932, fue nombrado Comandante en Jefe de la I y II D. I. El 4 de Octubre del mismo año, el Gobierno le otorgó el ascenso a Cnel. de la Nación por méritos de guerra sobre el campo de batalla. El 28 de Abril de 1933, fue nombrado Comandante en Jefe del Ejército del Chaco y el 29 de Setiembre del mismo año el Gobierno le otorgó el grado de General de Brigada y el de de General de División el 13 de Diciembre.

El 16 de Setiembre de 1935, ya finalizada la guerra fue promovido al grado de General del Ejército y el 20 del mismo mes y año fue nombrado Comandante en Jefe de las FF.AA. de la Nación, cargo hasta entonces retenido por el Presidente de la República.

Fue electo para la primera magistratura el 15 de Agosto de 1939 y el 7 de Setiembre de 1940 en un accidente de aviación, termina la vida material del gran héroe del Chaco.

Por decreto Nº 2.984, de fecha 7 de Setiembre de 1940 se le confirió el ascenso póstumo al grado de Mariscal al extinto General de Ejército Don José Félix Estigarribia.

Estigarribia y Peñaranda














Junio de 1935, Puerto Merino: de izq a der, José Félix Estigarribia, comandante del ejército paraguayo, el gral. Rodolfo Martínez Pitta de la Comisión Militar Neutral y Enrique Peñaranda, comandante del ejército boliviano.
(Fuente: Historia del Paraguay; Baruja, Paiva, Pinto Sch.)

domingo, 12 de octubre de 2008

Casa de Estigarribia




Estigarribia vivió en esta casa al volver del exilio en febrero de 1938. Actualmente pertenece a la Familia Cueto, descedientes de Julia Miranda Cueto de Estigarribia. Se encuentra ubicada en Méjico entre 25 de mayo y Mariscal Estigarribia. (Fuente)

anecdotas de la abuela...

Tengo el privilegio de tener en mis manos unos pequeños comentarios que mi abuela Graciela Estigarribia hizo de la vida del Mariscal en el año 1970, ella ya estaba ciega, mi mamá tenía que hacer un trabajo para el Colegio (6to curso) y Grand Mamam (como le decimos todos sus nietos) empezó la historia de la siguiente manera:

"Un pensador y poeta llamado Sabat Scart decía del Paraguay "es el pais mediterráneo donde entre relámpagos y sangre, sus grandes figuras son trágicas", y comentando este pensamiento, otro poeta, Fernán Silva Valdez habla del recibimiento que su tierra ofreció a José Félix Estigarribia:

"Entre relámpagos y truenos surge un héroe de la guerra, paladín de la paz, la tragedia griega del Chaco no le impide soñar con la mejor de las victorias, una paz justa, y en la cima de la gloria tiende a su diestra al adversario de ayer".

Mucho se ha hablado de la polifacética personalidad de Estigarribia, la historia militar lo eleva entre los grandes capitanes de América, y un Filósofo Americano llamado David H. Zook Jr. (pueden ver mas información en este blog); lo incluye entre los grandes generales del mundo.

Como guerrero, marca con su victoria, el fin del pleito chaqueño, que pesaba sobre siglos en el Paraguay, obtiene un doble triunfo como militar y embajador, asegurando con el tratado definitivo de paz, una era de prosperidad para su tierra.

Nació el 21 de febrero de 1888, cuando los bolivianos avanzaban audazmente por el chaco, hasta cerca de Villa Hayes, murió el 7 de setiembre de 1940, asegurando las fronteras del norte con Bolivia y las del Pilcomayo en otro tratado con la Argentina.

En medio siglo obtuvo para su tierra el respeto internacional y en lo interno consiguó la unión de los paraguayos en defensa de su heredad y, podemos afirmar, de la supervivencia del Paraguay. No pueden calcularse las consecuencisa para nuestra patria si la guerra del Chaco no hubiese sido una sucesión de victorias. El pueblo entero bajo el mando del Mariscal José Félix Estiagarribia, rubricó el derecho del Paraguay sobre el legendario territorio chaqueño, treintamil vidas jóvenes fueron el precio de la gloria.

Estigarribia, así, sin títulos es en su esparatana grandeza, una figura subyugante. Desde su juventud, un estudiante ansioso de saber, formado por grandes maestros como Gondra, Cecilio Báez, Viriato Diaz Pérez, opta por la carrera de las armas, donde contaba con varios ascendientes muertos en el Holocausto de Cerro Corá. Se le atribuye al joven teniente haber dicho: "Respetemos nuestro pasado histórico, mas no lloremos tanto y pensemos alguna vez en la victoria".

Era a su regreso de Chile, cuando obtuvo la medalla de oro de su promoción y volvió, no solamente con su diploma, sino con cinco grandes cajones de libros humanísticos y cinco de tópicos militares.

Macedo Suárez, canciller de Brasil con quien hizo gran amistad en Europa, donde el brasileño comenzaba su carrera diplomática y nuestro héroe ingresaba en la Escuela Superior de Guerra, comentaba lo siguiente: "El joven rubio, modesto, callado, pero que tenía el raro don entre sudamericanos de imponer sin quererlo, sus modales refinados sorprendían a los franceses, su vasta cultura a los americanos y sus notas brillantes a sus entonces compañeros de armas".

De Europa regresó con el "Brevet dÉtat major" (Brevet de Estado Mayor) y habiendo recorrido los principales países europeos, trajo la certeza de que Bolivia se armaba para agredir al Paraguay.